Calor de lana, calor de hogar | Chizacá
- Flor María Torres Estepa
- 18 oct 2016
- 2 Min. de lectura
El Colegio Chizacá, así como el resto de las instituciones educativas que conforman la Agrupación de Colegios de Usme Alto, se encuentra privilegiado al ubicarse en suelo rural y contar con tradiciones ancestrales que identifican a los pobladores de su región como campesinos; las actividades agrícolas,pecuarias y artesanales se ven favorecidas por la riqueza de su saber cultural, de sus costumbres, de su manera de vivir.

Es por esto, que una oveja al interior de la escuela se ha convertido desde hace algunos años en la excusa perfecta para hacer un proyecto, en el que además de identificar las características de la oveja y su entorno desde el punto de vista académico, se reconozca la utilidad de su lana y el complejo proceso que sobreviene desde el momento en el que se empieza a considerar la idea de que ese mullido y cálido pelaje, contenedor de cadillos y plácido hogar de unas cuantas garrapatas, pueda llegar a convertirse en calefactor de seres humanos también.

De esta forma, es la comunidad quien empieza a involucrarse en el asunto, unos esquilando, otros lavando, otros hilando, torciendo o tiñendo, pero, sobre todo, compartiendo historias de vida, de cuando las ahora madres y abuelas eran niñas y ejercían este oficio como una obligación, de la manera como se los enseñaron y las consecuencias de no hacerlo bien. Todo hace parte del proceso de aprendizaje.

Este año el avance ha sido escaso, la docente se tuvo que ausentar por un tiempo para darle paso a la llegada de una nueva vida, pero los saberes están ahí, dispuestos a seguir perpetuándose, modificándose y enriqueciéndose. Quizás en poco tiempo esa y otras nuevas vidas podrán disfrutar del calorcito de un saquito de lana tejido a mano, que no sólo agradece la generosidad de la oveja, sino que emula el de las manos de la abuela: el calor de hogar.
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